martes, 15 de marzo de 2011

Patología personal.

A través un período de mas o menos dos años vengo padeciendo una enfermedad mental que se denomina Trastorno de pánico, que con el tiempo, voluntad y la medicación adecuada se ha ido amainando. Esto realmente ha sido una batalla de titanes. Sólo las personas que han sufrido o la sufren, saben de que les estoy hablando. Para los que no saben qué es esto, les voy a comentar un poco cómo es esta enfermedad.

Imagínense que de un momento a otro aparece alguien con una arma de fuego y te empieza a amenazar y te dice que te va a quitar la vida, o tal vez que aparece un monstruo que rebasa tu altura como 10 veces ¿Cómo crees que reaccionaría físicamente el cuerpo ante una embestida de estas? Pues de lógico se acelera el corazón; empiezas a sudar de manera incontrolable; te invade una sensación de muerte inminente; deseos de salir corriendo inundan todo tu ser; con toda tu alma anhelas que no estuvieras viviendo esa situación; ves pasar toda tu vida en unos cuantos segundos por el palco de tu mente; comienzas a perder fuerzas; sientes que tu cuerpo es tan liviano como una pluma pero tan pesado como un tronco; oyes tu corazón como si lo estuvieran amplificando; en el pecho sientes una presión que no te deja respirar; lógicamente se acelera también la respiración; el sistema nervioso entra en una especie de "colapso" y comienzas a temblar de manera incontrolable. Sentir esto ante una situación como la que expliqué es comprensible y normal, pero ¿cuando esto se desata sin haber una causa externa? ¿no es esto signo de que algo anda mal, por no decir que muy mal? Pues bien, he aquí los síntomas inmediatos ante una crisis de pánico. Ya quisiera uno que este infierno se acabara ahí, pero lo más cruel, es que los síntomas pos-crisis son realmente algo que no se le desea(como se dice por ahí) ni al peor de los enemigos. Depresión, desrealizacion, despersonalizacion, pérdida del contacto con la realidad, aplanamiento afectivo(es uno de los mas crueles porque pierdes la capacidad de experimentar sentimientos) y algunos otros que se presentan según sea la intensidad de la crisis.

Durante todo este tiempo me he preguntado cuantas personas lo pueden estar padeciendo y cuantas personas lo han sufrido en carne propia.(sé que esta pregunta, muy seguramente se quede sin respuesta exacta). Esta situación es algo inimaginable, como muy seguramente pueden ser muchas otras situaciones que ni esperamos que nos sucedan, pero es algo real y está en medio de nosotros.

No muchas personas lo padecen, unas cuantas con el "afortunado" historial genético de enfermedades mentales en su familia, o personas que por sus cargas diarias se dejan avasallar por sus labores o preocupaciones; también las padecen quien se deja intimidar a menudo de otras personas de manera patológica y las que tienen su mente llenas de creencias irracionales.

Comparto esta experiencia con un objetivo altruista. Si concidencialmente eres una persona que creas tener esta enfermedad o tienes algún familiar que la padezca, o conoces a alguien que la tenga, lo único que les puedo decir es: Ánimo, mucha paciencia, voluntad y valor. Son sin lugar a duda los ingredientes necesarios para salir adelante de esta batalla que muchas veces parece que la tenemos perdida. No dejo de lado el tratamiento medico-psicológico; sin lugar a duda es indispensable para armarse para esta batalla que con mucho esfuerzo y dedicación podremos decir: Hemos vencido.

Hasta la próxima.

Jorge Iván Soto.

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