viernes, 8 de abril de 2011

Muy buenos días....

Estas personas realmente me dejan atónito. Qué convicción. Qué valor. Qué perseverancia; o tal vez ¿será masoquismo? como sea, no me dejan de impresionar. Estas personas por amor a su fe-o por fanatismo(?) o habrá otro incentivo ?-, se rebajan ante las demás, son víctimas de los portazos de algunos intolerantes y permiten ser hasta insultados; hablo de los mal llamados "evangélicos".

Para ninguno es un misterio que muchas veces estas visitas se tornan un poco incómodas-especialmente los domingos en la mañana- porque lo que menos necesitamos en ciertas circunstancias de la vida, es que nos sermoneen con biblia en mano o que nos cojan desprevenidos en la calle, cuando lo que buscamos es algo de tranquilidad y no exhortaciones apocalípticas; no todo lo que dicen ellos a esto se refiere, también nos hacen caer en la cuenta de que Dios nos ama. (no pretendo hacer una apología a estas personas ni tampoco criticar, es sólo un punto de vista)

Mujeres y hombres, ancianos y jóvenes hacen parte de estos grupos que con fe y esperanza se lanzan al ruedo, sin saber que les puede esperar después de unos cuantos toques en cada puerta. (Seguramente ellos ya tienen un mote para cada una de las personas con que se encuentran para saber de que manera los recibieron) ¿Cómo puede terminar una persona de estas al final de su jornada, añadiéndole a esto que el sol no es que sea su mejor amigo a la hora de su labor? Muchos se sentirán frustrados y también recompensados por su deber cumplido.

Me pongo en el lugar de ellos porque he vivido esa experiencia-la de tocar en las casas a informar sobre algo, soy católico- y realmente no sé si aguantaría lo que estos pobres "cristianos" resisten.
Las personas que son los verdugos de ellos, con seguridad no serían capaz de hacer lo que estas osadas personas hacen y tal vez sea esta una de las razones por las cuales los desprecian-al ver que hay personas que hacen cosas que ellos no serían capaz de hacer-.

Deberíamos aprender de lo bueno que cada persona nos ofrece en esta vida y ir haciendo de nuestra vida un collage con las mejores virtudes.

Hasta la próxima.

Jorge Iván Soto.

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